Nos encontramos en una situación de incertidumbre en la que el pequeño comercio sigue desempeñando un papel imprescindible en la dinamización de pueblos y ciudades, afectado por los cambios en las decisiones de compra y hábitos de consumo.
¿Dónde deben poner el foco comerciantes y artesanos? ¿Cómo pueden generar confianza?
¿Puede el consumo tener un rol consciente – mas allá de “fast food” emocional?